Como fue mencionado en la primera parte, la educación sexual es primordial para ayudar a combatir un grave problema que enfrenta Guatemala: un gran número de embarazos adolescentes.
Tal vez hayas escuchado que en nuestro país hay un gran número de menores embarazadas y esto de hecho es cierto, como lo muestra una cifra revelada por el Ministerio de Salud: en el 2012, 1795 niñas de entre 10 y 14 años dieron a luz. Esto es una cifra alarmante aunque este Ministerio alega que la mayoría de estos son producto de abuso sexual.
Esto puede verificarse en un artículo de Prensa Libre, donde la Secretaría contra la Violación, Explotación y Trata de Personas (Svet) dio a conocer que 1204 niñas quedaron embarazadas el año pasado debido a violación sexual presenta otro problema en el tema.
A pesar que las violaciones suponen un gran problema a la hora de prevenir embarazos en jóvenes, también se debe considerar si los jóvenes guatemaltecos están recibiendo una buena educación sexual en sus familias, centros de estudio o instituciones, pues como fue mencionado anteriormente, esto tiene una gran importancia a la hora de prevenir no sólo embarazos, sino enfermedades de transmisión sexual.
Continuando con la entrevista que le realizamos a la Licenciada Bryseida Zúñiga, también comentó sobre la labor que tienen a la hora de ayudar a los adolescentes a decidir sobre su vida sexual, debido a que la educación todavía es un desafío en el país. “No se habla de sexualidad”, mencionó.
Su labor es de gran ayuda para crear una cultura de prevención entre los adolescentes, sin embargo, las cifras de embarazos muestran que esto es un problema recurrente entre los jóvenes guatemaltecos. Pero esto no se queda ahí, pues como consecuencia también hay altos índices de mortalidad materna infantil y una mala calidad de vida para los niños. Por ejemplo, la desnutrición es tres veces más probable que se dé en hijos de madres adolescentes.
El tema es común tanto en el área urbana como rural, aunque el mayor número de casos se da en esta última, quizás porque ahí es más difícil acceder a la educación sexual y conocer los métodos anticonceptivos. Según la Encuesta Nacional de la Juventud, “el porcentaje de incidencia de embarazo juvenil aumenta para los grupos indígenas y que residen en el área rural; pero las mayores diferencias se observan por grupo de edad. El embarazo durante la adolescencia se reportó para un 37% de la juventud entre 15 y 18 años, aunque la mayor proporción corresponde a los jóvenes de 25 a 29 años con un 76.3%”.
Una historia de un embarazo no deseado es la de Rosa, quien con apenas 16 años quedó en estado de gravidez. Sin el apoyo de su novio y con su familia viviendo en el interior del país mientras ella vivía en la capital, debió pasar por esa experiencia prácticamente sola. En medio de la incertidumbre y los desafíos encontró el apoyo de la familia de la casa donde ejercía como empleada doméstica.
En dicha casa no sólo trabajaba sino que también vivía y podía cuidar a su hijo que ahora ya tiene 11 años. Pareciera que el tiempo pasó rápido pero encontró grandes obstáculos para poder salir adelante. Claro, ella afirma que su hijo es una gran bendición pero en aquel entonces fue una sorpresa que desestabilizó su vida. Este es tan sólo unos de los muchísimos casos de un embarazo no deseado producto de la falta de educación sexual pero que puede servir para crear conciencia al respecto.
Casos como este se repiten por todas partes, donde la falta de conocimiento del tema, que es visto como tabú, o el simple descuido por parte de los jóvenes tiene consecuencias que cambian su vida para siempre.
Es por eso que entidades como APROFAM buscan ayudar a los jóvenes para que estén informados y tomen las decisiones correctas. La Licda. Zúñiga afirmó que el mayor reto para frenar los embarazos en adolescentes es la educación y que es importante que se dé ese proceso. Además añade sobre la importancia de “que se fortalezca el pensamiento crítico. Que (los jóvenes) puedan decidir, optar y exigir. “
En conclusión, es necesario que se eduque adecuadamente para evitar el problema. Existen instituciones como la mencionada que regalan preservativos a quien los solicita y ofrecen precios accesibles para consultas con especialistas y así prevenir que mujeres adolescentes queden embarazadas. La educación sexual es primordial para ayudar a combatir el grave problema que enfrenta Guatemala respecto a un gran número de embarazos adolescentes.