Muchas veces se buscan culpables para entender el porqué de nuestra situación actual: tan violenta e impune. ¿Por qué hay jóvenes que difunden el pánico entre la población? ¿Por qué nadie hace nada al respecto? Sin duda, es necesario ver cómo se origina la violencia para así erradicarla, y también se deben entender muchos aspectos de nuestra sociedad; desde su base que es la familia, hasta las instituciones del Estado.
Un tema que no es discutido frecuentemente pero tiene repercusiones en la sociedad es la violencia intrafamiliar. En el artículo «Violencia intrafamiliar» se explica este fenómeno social que se da dentro de la familia a través de maltrato físico y/o mental, como el abuso sexual, entre otros. Surge cuando el maltratador no puede controlar sus impulsos, puede haber carencia afectiva y en muchas ocasiones también influye el abuso de alcohol y/0 drogas.
Las víctimas de este tipo de violencia, que es más común de lo que se cree necesitan de un tratamiento psicológico pues las secuelas son inevitables. Estos individuos llegan a pensar que la violencia es algo normal y que sirve como medio para solucionar problemas. Es así como la violencia llega a afectar a personas ajenas a la familia que sufre de violencia intrafamiliar.
Otro aspecto que vale la pena reconocer es cómo afecta desenvolverse en medio de una comunidad violenta, ya que esto genera mayor probabilidad de desarrollar características que eventualmente le permite a la persona cometer hechos delictivos sin sentir remordimiento.
En una entrevista del periódico virtual El Faro a Néstor Recinos, coordinar de psicología forense de medicina legal y cuyo trabajo consiste en decir quién se encuentra en un estado «normal» desde el punto de vista psicológico. Al preguntarle si el entorno determina si alguien se volverá homicida respondió: «en la sociedad existen culturas del tipo delictivas donde es permitido robar, matar, hay impunidad. Los mensajes que mandan a la sociedad son esos. Los individuos van introyectando en sí mismos esa cultura delictiva como forma de sobrevivir o solucionar sus problemas.»
Entonces se puede concluir que todos somos potencialmente homicidas a lo que Recinos respondió: «está en todos. Lo que diferencia es que hay personas que tienen factores preventivos, que no han aprendido que su mundo es así de violento, tienen familia, valores, controles…»
Algo común que se puede ver actualmente y sorprende a la sociedad es que cada vez niños más pequeños se ven envueltos en pandillas e incluso llegan a cometer asesinatos y robos. ¿Qué hace que un niño se convierta en un homicida? Aunque sea difícil de imaginar, Recinos contestó: la personalidad del niño está en desarrollo, la conciencia del niño no está funcionando en su plenitud, el niño puede ser socializado para cometer y observar este tipo de delitos e inducirle una norma, un valor o un principio que hacerlo es bueno. Para que este niño llegue a empuñar un arma contra una persona ha sido sensibilizado, matando un perro, observando…» Lamentablemente en la región no existen centros de rehabilitación para estos niños ni centros de ayuda.
Por otro lado, la violencia también puede surgir de las instituciones del Estado aunque parezca difícil porque se supone que deberían combatir la violencia. En realidad esto no es así y se puede ver, como en el artículo El origen de la violencia de José Miguel Cruz, si indagamos en la historia de algunos países centroamericanos especialmente Guatemala, El Salvador y Nicaragua y en cómo se crearon instituciones para controlar a la población.
En medio de la globalización, Centroamérica se ha visto afectada por su ubicación para las rutas del crimen trasnacional y los narcotraficantes fácilmente han encontrado socios locales (entre ellas están las encargadas de «velar» por a justicia y seguridad del país). Esto ha desencadenado la corrupción en las instituciones y ha dejado la semilla para que la corrupción esté arraigada hoy en día, lo que impide erradicar la violencia.
El propósito de este artículo es entender que no sólo cierto grupo de personas es responsable de nuestra situación; con algo tan complejo como la violencia es necesario adentrarse en las personas que conforman la sociedad, entender sus problemas y ver si cuentan con las herramientas necesarias para enfrentarlos. Además es importante preguntarnos si el gobierno (tanto los pasados como el actual) no son los mismo que fomentan la violencia y no luchan contra ella porque buscan mantener una situación que les favorece.